La visita de Barack Obama a Argentina significó la visita de 400 empresarios prestos a hacer sus negocios en la Argentina macrista que los abraza. Un día antes de la llegada del presidente norteamericano (24.03.2016) se organizó, en el predio de la Sociedad Rural, la jornada empresarial de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham), abierta por el Ministro de Hacienda Alfonso Prat Gay, donde también se expresó, como pez en el agua, el Ministro de Energía Juan José Aranguren quien abrió su alocución de 25 minutos saludando, irónico y jactancioso, con un "buenas tardes a todos y todas" para, enseguida, recordar “lo que hemos perdido en los últimos doce u ocho años lo podamos recuperar lo más rápido posible…”
Es obvio. Aranguren no anda con vueltas, habla claro y, al igual que Prat Gay, más allá del mandato corporativo de denostar al gobierno anterior, no puede disimular el rencor personal. En efecto, los empresarios han perdido la oportunidad de hacer negocios a costa del Estado argentino durante la década pasada.
El CEO de Shell habló de salir de un "sistema esquizofrénico en el que hemos vivido durante la última década para volver a ser normales... salimos de un sistema que estuvo en total desorden... hemos escondido la basura debajo de la alfombra durante una década..." y pasó por otras violentas acusaciones con datos incomprobables y una postura de razón y verdad única ("la normalidad") realmente inverosímil.
Por supuesto también habló de "empezar a reflejar en la tarifa el costo real de la energía", lo que significa el anuncio del tarifazo en el servicio de gas natural y el segundo tarifazo en el servicio de energía eléctrica que, en total, sumaría un aumento de 1500%.
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