La construcción vuelve a caer 3,4% en febrero (2017).


Los números de la economía PRO siguen su indefectible caída. Entre ellos los de la construcción que tampoco levanta. La actividad anotó una contracción del 3,4% en febrero (2017) contra el mismo período del año pasado. Con la baja de 2,4% observada en enero (2017), el sector acumula una merma de 2,9% en el primer bimestre de 2017. 

El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) que elabora el Indec registró así su decimocuarta caída interanual consecutiva. La última vez que la construcción retrocedió durante un período tan extenso fueron los quince meses que hay entre agosto de 2001 y noviembre de 2002. En ese momento la depresión fue más pronunciada.

La importancia del ISAC excede al plano sectorial. La construcción tiene como característica reaccionar rápidamente a los cambios económicos y, por eso, se considera que anticipa el ciclo, ya sea al alza o a la baja. La segunda caída consecutiva en 2017 revela que, a pesar del optimismo emanado por la Casa Rosada y los medios masivos afines, no se observan señales de recuperación. Si las cifras del mes pasado se comparan con las del mismo período de 2015, cuando el sector todavía no se había desplomado, el indicador marca un retroceso de 10%.

En el equipo económico vienen afirmando hace meses que la construcción será uno de los pilares de la recuperación del mercado interno aunque, como sucede con la mayoría de las variables, las estadísticas oficiales no acompañan esas expresiones.

En un año electoral, las autoridades del Ministerio de Interior y Obras Públicas aseguran que se observará una “explosión en la obra pública”. Sin embargo, la paulatina recuperación en los desembolsos destinados a la inversión estatal en los primeros meses del año –la demanda de asfalto aumentó 106,5%– no es suficiente para compensar la retracción en el resto de los sectores de la construcción. Incluso, existen sectores vinculados al dinamismo de la actividad como el Pro.Cre.Ar y los desembolsos petroleros impulsados por YPF donde el sector público todavía no reapareció. Por su parte, la inversión privada destinada a ampliación y mejora de establecimientos productivos no repunta ante la debilidad de la demanda interna y la persistencia de una política monetaria que vuelve más atractivas las colocaciones financieras.

Para el Indec, las ventas de cemento cayeron 0,6% el mes pasado. Los datos están en línea con la información suministrada desde la cámara que agrupa a las fabricantes de cemento portland. Sus datos indican que los despachos alcanzaron las 801.782 toneladas en febrero, con un retroceso del 0,8% respecto de igual mes de 2016. Con la excepción de abril del año pasado, el mes pasado marcó la cifra más baja en un lustro. 

El cemento fue un caballito de batalla del Gobierno para anunciar brotes verdes desde agosto del año pasado (2016). Uno de los primeros en emprender esa aventura fue el desplazado Ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, cuando consideró que la mejora en las ventas del material ese mes anticipaba el inicio de una expansión en el mercado interno. La mejora fue un efecto estadístico y con el correr de los meses las caídas continuaron siendo la regla del sector.

Se alarga la ficción PRO. Se alarga la ficción PRO mientras sus operadores continúan su irrevocable tarea de traspaso de recursos y endeudamiento.

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