Macri escrachado en su Tandil natal.



Otra vez de vacaciones, Macri pasa el fin de semana largo por Semana Santa en Tandil hospedado con su mujer e hija en la estancia La Carlota.

Macri llegó a la ciudad el jueves, en el avión presidencial Tango 10, y se alojó en la estancia que pertenece a su madre, Alicia Blanco Villegas. Si bien se especulaba con la posibilidad de que caminara la Procesión del Santo Entierro junto a los fieles y autoridades de la ciudad, Macri no se presentó.

Pero eso sí, jugó al golf, haciendo sólo 14 hoyos con Awada y Nicolás Parasuto, el dueño de El Valle de Tandil Country, Golf &Resort, campo que quedó supeditado a un grotesco operativo de seguridad desde su acceso por Avenida Don Bosco hasta su cerco perimetral.


Otro mal momento para Macri con Antonia sentada adelante y sin cinturón de seguridad.

Hoy, sábado (15.04.2017), Macri no tuvo mejor idea que acercarse, junto a su hija Antonia, a la Iglesia del Santísimo Sacramento, donde fue recibido por el Padre Raúl Troncoso (que recibirá unas 500 viviendas sociales del Gobierno nacional).

Allí, una guardia de seguridad se montó sobre las calles Belgrano y Fuerte Independencia. Llegó, se bajó de su camioneta e ingresó en la Iglesia, ante la vista de los circunstanciales vecinos y turistas que se encontraban en el lugar.

Durante 40 minutos permaneció dentro de la Iglesia. Tiempo suficiente para que corriera la voz de su presencia en el lugar. Entonces luego, a su retiro, manifestantes reunidos con diferentes consignas, hicieron pasar un mal momento a Macri que, tras los vidrios polarizados indicó al chofer salir en contramano por Belgrano para tomar luego Rodríguez.

No obstante, tiempo después, cuando periodistas del diario El Eco de Tandil le preguntaron sobre su estadía, Macri agradeció "el afecto recibido - de los tandilenses - en las horas que pasé por acá" (?)


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