Algunos datos sobre la Famiglia Macri.


En los dialectos calabreses andragathos da origen a la palabra ’ndranghita, que italianizada se vuelve ’ndrangheta. Esos términos están ausentes de la lengua y del léxico político argentino, pero reverberan en la teoría del Estado de un año a esta parte, escribe el filósofo Rocco Carbone, profesor de la Universidad Nacional de General Sarmiento, discípulo de David Viñas e investigador de los discursos políticos y culturales. 

Para Carbone, ’Ndrangheta es poder. Espeso, antiguo, confiable, que concentra prestigio, control del territorio y dinero. Esa organización mafiosa calabresa descansa sobre una estructura familiar. La familia natural (’ndrina) se amplía hacia la familia mafiosa (’ndrangheta), que controla territorios muy definidos, sobre los que actúa como contrapoder de las instituciones democráticas. 

La ’ndrina es el secreto del éxito de la ’ndrangheta en el plano criminal, junto con el sigilo de quien, como forma de infiltrar la política y las instituciones, prefiere las bambalinas a las luces del escenario. Desprendida de sus orígenes rurales en el siglo XIX, la ’ndrangheta se especializó en la obra pública, edilicia y de infraestructura y articuló un nudo de intereses, lícitos e ilícitos alrededor de arquitectos, ingenieros y políticos. 

Ahora integran la ’ndrangheta modernos empresarios con doctorados de universidades muchas veces privadas, capaces de expresarse y hacer negocios en varias lenguas. Para Carbone, la ’ndrangheta pone en diálogo lo local con lo global, en el cruce entre dos dimensiones antitéticas: lo arcaico, con sus ritos centenarios, y lo ultramoderno. Costumbres ancestrales y economía globalizada. Armas y drogas, como otras mafias italianas, pero también licitaciones y financiamientos públicos, inversiones inmobiliarias, operaciones financieras. 

Nació en Calabria y desde ahí se proyecta hacia el resto del mundo. Sus miembros ocupan cargos políticos en aquellos países en los que la ’ndrangheta opera. Debido a la estructura familiar, los apellidos permanecen. Piromalli de Gioia Tauro, Tripodo de Sambatello, De Stefano de Reggio Calabria, Nitra de San Luca, ’Ntoni Macrì de Siderno, enumera Carbone. Macrì con acento grave en la ì, como lo escribo desde que conocí la historia familiar del actual presidente argentino.

(O sea, Antonio Macrì, un nombre y apellido conocidos en la política argentina, agrego yo. Otro Antonio Macrì, Tonino para quienes lo conocieron en las actividades culturales y de beneficencia que lo ocupaban, era el hermano de Franco. Antonia Macrì es la hija del presidente).

Siderno queda a 30 kilómetros de Polistena, en los llanos de Gioia Tauro, donde hizo su fortuna con una empresa constructora Giorgio Macrì, el padre de Franco, Pía y Tonino, abuelo de Maurizio y Jorge y también de Angelo Calcaterra, parte de la ‘ndrina y asociado en los negocios familiares. Según Rocco Carbone, el puerto de Gioia Tauro, el mayor de Calabria, fue construido y sigue bajo el control de familias de la ’ndrangheta.

Angela Nocioni escribió en el bisemanario Perfil que Giorgio Macrì era hijo de una familia de terratenientes y además recibió del Estado la concesión del Correo en la región de Roma. En las postrimerías de la segunda guerra mundial fue uno de los fundadores del Partido del Hombre Común, l’uomo qualunque, que expresaba los temores y la insatisfacción de las clases medias con la democracia que sucedería al fascismo. 

La ideología qualunquista era antipolítica, con desconfianza de lo público, rechazo al pago de impuestos y exaltación del individualismo. Ese partido obtuvo un buen caudal de votos en la primera elección de posguerra, hasta que el Vaticano intercedió ante los Estados Unidos victoriosos, cuyas tropas aún ocupaban Italia, para que la fuerza escogida como contención del comunismo no fuera el qualunquismo sino la democracia cristiana. 

Giorgio se dirigió a la Argentina en 1946 y tres años después lo siguieron sus hijos. Franco se casó con la rica heredera Alicia Blanco Villegas, que apenas era una adolescente, y en 1959 dieron a luz al primogénito que hoy preside la Argentina. Tonino tuvo a Jorge, el primo inteligente de Maurizio, y Pia a Angelo Calcaterra, el propietario nominal de las empresas familiares hasta el último acto de prestidigitación por el cual quedaron anotadas a nombre de Marcelo Mindlin, quien desde esta semana sucede a Claudio Avruj como presidente del Museo de la Shoah. Con 26.381 hectáreas en la provincia de Buenos Aires, el Grupo Agropecuario Blanco Villegas integra la cúpula de los mayores terratenientes del país.

Escribe Rocco Carbone: “Los apellidos de estas familias se ampliaron regionalmente, a través de matrimonios. A nivel nacional e internacional, a través de los múltiples fenómenos migratorios de Calabria hacia el mundo. Una región pródiga para con la ‘inmigración colonizadora’ fue, por ejemplo, el Río de la Plata. Basta volver a los apellidos que soportan los personajes de la literatura social de Boedo. Pero también se encuentran en el mundo de la política local actual. Apellidos y lógicas: maneras de hacer. La designación en el Gobierno de empresarios en áreas especializadas del Estado revela un reclutamiento de funcionarios entre amigos y familiares, vínculos ultracercanos. Estas elecciones están vinculadas a una lógica ‘familiar’. Porque la familia es un bien que hay que cuidar, en Calabria y en la Argentina. ¿Explicará esta lógica la condonación de la deuda (70.000 millones de pesos) del Correo Argentino, administrado por una empresa del grupo Macrì, para con el Estado nacional? ¿Será casualidad que hace unos días en el puerto de Gioia Tauro, construido y controlado por la ‘ndrangheta, hayan desembarcado 55 kilos de cocaína procedentes de la Argentina, por un valor estimado de 11 millones de euros?”.

Sobre nota de Horcio Verbitsky, Página 12,

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